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ESCENCIALES PERO DESECHABLES

Jesús Bravo, Sunset Park Brooklyn, 2020.

Con la pandemia se han detenido la mayoría de las actividades económico-productivas en los espacios nacionales. No obstante, las actividades esenciales vinculadas a la alimentación y a la salud, no han cesado. Muchos migrantes en las Américas trabajan precisamente en actividades que han sido declaradas como esenciales. Esto se debe a que son mano de obra en el cultivo, procesamiento, comercialización y distribución de alimentos.  Históricamente esos nichos laborales han cooptado a mano de obra irregularizada, barata y desechable. Ese es el caso de Estados Unidos y Canadá en donde latinxs irregularizados son mayoritariamente trabajadores agrícolas, o quienes laboran en procesadoras de alimentos – como en la industria de la carne –,  en el empaque de alimentos, en supermercados o en los múltiples servicios de delivery. En Estados Unidos, también está el caso de centenas de jóvenes irregularizados hijxs de migrantes que crecieron y estudiaron en ese país y que bien pudieran ser beneficiarios del DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA por sus siglas en inglés). Sin embargo, debido a las medidas anti-migrantes de la administración Trump, su regularización hoy está en vilo. Ellxs también son trabajadores esenciales pues muchos laboran en el cuidado de la salud y en industrias de asistencia social, en transporte y almacenes, en supermercados, y en farmacias. Por otra parte, en el caso de los países de destino de migrantes venezolanos irregularizados – como México, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina o Brasil–, están mayoritariamente empleados en los distintos deliveries permitiendo que alimentos y medicinas lleguen a las viviendas de quienes están confinados. 

 

Todas las actividades que realizan los migrantes resultan esenciales para la reproducción de las sociedades en esos espacios nacionales. Perversamente, aunque ellos y ellas son esenciales, no han dejado de ser mano de obra irregularizada, precarizada, criminalizada, discriminada, y explotada. Es más durante la pandemia, esa mano de obra esencial trabaja sin ninguna protección adicional, arriesgando su salud y su vida diariamente. El conversatorio analizará en profundidad esta perversidad del sistema de acumulación basado en el despojo a migrantes irregularizados, trabajadores esenciales, algo que se multiplica en  las Américas. 

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Carmen, Oxnard, California, 2020.

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